El siglo XXI se caracteriza por plantear un conjunto de retos de carácter económico, político social y cultural de los cuales resulta imposible desmarcarse como nación. En este sentido resulta fundamental repensar y transformar el papel de la educación en torno a los grandes desafíos a los que nos enfrentamos: por un lado, el acelerado desarrollo tecnológico industrial y comercial, y por otro, la conformación de sociedades más críticas, democráticas y participativas. Por estas razones, para la UNAM ha sido necesario implantar de manera inmediata nuevos modelos y estrategias educativas que den respuesta a las exigencias de la sociedad. Tal es el caso de la educación abierta y a distancia, cuya finalidad es propiciar que el estudiante adquiera una preparación para toda la vida que lo dote de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que le permitan contribuir de manera oportuna al desarrollo económico, político, social y cultural de nuestro país.
Adaptarse a las actuales demandas de educación, al cambiante contexto socioeconómico y a la revolución científica y tecnológica, a través de la integración y desarrollo armónico del conjunto de aspectos y elementos que participan del hecho educativo.
La educación, debido a su complejidad y multideterminación, puede explicarse desde diferentes posturas teóricas, no obstante, el Modelo Educativo utilizado en el SUAyED está fundamentado en las concepciones constructivista, conductual y humanista del aprendizaje. La primera postula la existencia y prevalencia de procesos activos en la creación del conocimiento en el estudiante: sujeto que aporta y rebasa, a través de su labor constructiva, lo que su entorno le ofrece. La teoría conductual del aprendizaje, por su parte, responde eficaz y oportunamente a las nuevas demandas educativas basadas en medios tecnológicos. Sus principios suponen una psicología objetiva y experimental cuyo tema es la conducta observable y verificable. Finalmente, los aportes de la teoría humanista en el aprendizaje parten de las características de los estudiantes, de sus relaciones interpersonales y la conformación de sus propios valores, con el fin de preparar a los grupos para vivir en un mundo de constantes cambios. En conclusión, el modelo educativo del SUAyED toma sentido en nuevos esquemas educativos adaptables, flexibles, sólidos y exitosos que se retroalimentan con la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación, la vertiginosidad de la ciencia y los patrones políticos, económicos, sociales y culturales que exige la actualización permanente, en visión crítica, propositiva, realista y humanista.
El modelo educativo del SUAyED-FES Acatlán constituye el marco de referencia teórico-metodológico que orienta las prácticas educativas para alcanzar los objetivos previstos en los planes de estudio de las Licenciaturas del Sistema Universidad Abierta. Dicho modelo establece que la asistencia del alumno a las asesorías es opcional.
En este sentido, el Sistema Universidad Abierta ofrece la oportunidad de cursar una licenciatura a aquellas personas que por responsabilidades personales o profesionales no pueden desplazarse diariamente a las instalaciones universitarias para cursar una licenciatura de manera presencial. Con base en lo anterior, en nuestro marco de referencia, el sistema abierto se define como una modalidad educativa en la que los actores del proceso de enseñanza y de aprendizaje, si bien tienen la posibilidad de mantener un contacto presencial, también pueden estar separados en tiempo y espacio pero intercomunicados a través del diálogo didáctico sincrónico y asincrónico mediado por diversas tecnologías de comunicación e información.
El modelo educativo se ha ido enriqueciendo y adaptando a las necesidades detectadas a lo largo de la historia de la División. Las características esenciales del actual modelo educativo se observan de manera esquemática en la siguiente figura: En la modalidad abierta existen dos personajes centrales: profesor y alumno. Del alumno se espera una participación activa pues se le considera el primer responsable de su aprendizaje. Por su parte, el profesor tiene como principal responsabilidad favorecer dos resultados indisolubles: el estudio independiente y el aprendizaje autónomo. Para ello, debe planificar, de manera reflexiva, analítica y auto-crítica, tres componentes básicos: las asesorías, los materiales didácticos y la evaluación. Los tres pilares están enmarcados en una visión constructivista.
Se espera que la evaluación sea parte del proceso de enseñanza y de aprendizaje desde el inicio y hasta el fin, y que tenga un propósito formativo y no sólo calificador. Por otro lado, los materiales didácticos deben favorecer el aprendizaje significativo, y no memorístico, de contenidos declarativos, procedimentales y actitudinales y, junto con las asesorías, presenciales y a distancia, promover el aprendizaje de operaciones superiores de pensamiento que promuevan la integración, y no la fragmentación, de los contenidos curriculares, así como la transferencia de la información a la solución de problemas reales.
Como se mencionó anteriormente, en nuestro modelo, la asistencia del alumno es opcional, por lo tanto no hay clases, sino asesorías. Se llama asesoría al tiempo en el que el alumno puede contactar, presencialmente o a distancia, a sus asesores. Su propósito es brindar orientación disciplinaria, metodológica y profesional. Dado que es un sistema abierto, los alumnos deben estudiar de manera independiente y utilizar dicho recurso para resolver sus dudas o profundizar en algunos temas que les interesen. En el sistema abierto, el alumno tiene al menos dos oportunidades a la semana para consultar al profesor de cada asignatura: en asesorías presenciales grupales o individuales o a distancia por teléfono, mediante una plataforma virtual o a través de aulas virtuales.
Como se muestra en el esquema anterior, las horas de asesoría presenciales se distribuyen equitativamente en asesoría de salón y asesoría de cubículo. Las horas de asesorías a distancia se ajustan a las disposiciones de la División y a los medios tecnológicos institucionales, de los que se hablará con detalle más adelante.
Entre los criterios que se consideran para determinar si se puede prescindir de la presencia física del profesor y brindar una asesoría completamente a distancia están:
• Objetivos y contenidos de la asignatura
• Capacitación del profesor en el uso de los medios institucionales
• Experiencia del profesor en la modalidad a distancia
• Desempeño previo del profesor
• Los materiales didácticos